Tomamos como punto de análisis para nuestro trabajo uno de los componentes del síndrome de discordancia, hacemos referencia a la extravagancia, elemento importante a tener en cuenta como futuros profesionales en salud mental.
Según Henry Ey extravagancia es el resultado de “una distorsión de la vida psíquica, cuya pérdida de unidad, incomodidad y malestar conducen a rodeos extraños o fantásticos que dan la impresión de una búsqueda barroca de una serie de paradojas encadenadas caprichosamente”
Según el Diccionario de la Lengua Española se define como:
- Acción o discurso extravagante (que viste, habla o procede así)
- Excentricidad
- Extraño, ridículo
En Psicopatología se habla de un discurso o una presentación, de una conducta extravagante, se refiere a todo el conjunto de la persona.
Como rasgo clínico la extravagancia esta estrechamente relacionada con el contexto socio cultural del clínico ya que es algo percibido objetivamente por él.
Jaspers sostiene que “el interrogante de cuánto y porque son anormales los caracteres, no hay ninguna respuesta posible. Tenemos que estar conscientes de que lo anormal dicho en general no es una comprobación afectiva, sino una valoración”
Es fundamental tener en cuenta a la hora de diagnosticar un desorden metal, aquello que percibimos que se aparta de las convenciones sociales y culturales (“extravagante”), a pesar de ser una percepción subjetiva la locura también lo es; es el otro el que rotula de “loco” o “raro” al individuo que muestra estos comportamientos.
La extravagancia es común en la psicosis; lo cual es una transformación del contacto del paciente con su entorno, pérdida de contacto con la realidad, la misma debe emplearse de un modo restringido para referirse exclusivamente a las conductas del paciente de forma de no tomar ambiguo el término ya que todo delirio es en sí extravagante, en tanto que es fuera de lo común, bizarro.
Es difícil establecer un punto específico y único para definir la objetividad del mundo, la extravagancia se encontraría en la relación de la realidad presicotica del enfermo y las pautas de comportamiento social, para su grupo de pertenencia.
El DSM IV no habla directamente del término, hace alusión a la misma cuando trata de un lenguaje y de una conducta desorganizada o inapropiada. El sujeto puede presentarse exageradamente despeinado, vestir de una forma poco corriente (Ejemplo: llevar varios abrigos, en un día caluroso) o presentar un comportamiento sexual inapropiado (como masturbarse en público).