Pensar que podemos ser victimas de alguno de los hechos anteriormente mencionados nos vuelve “perseguidos” en un menor grado o desencadenar en una fobia, ya hablando patológicamente. Este caso, por ejemplo puede provocar un temor tan grande que le impida al individuo salir a la calle, limitando así sus actividades o su estilo de vida.

 

La consigna de realizar una producción que diera cuenta de nuestros intereses, que de un modo u otro reflejara nuestras expectativas, como estudiantes hoy y profesionales mañana, al comienzo me resulto dificultosa.

Quizás lo que estaba trabajando en mi era la subjetividad o el prejuicio de no poder llevar a cabo tal cometido.

Finalmente me di cuenta de la oportunidad que nos estaba brindando taller de tercer ciclo y sentí (entre otras muchas cosas) que debía aprovecharla.

Mi producción esta basada en las fobias y pretendo tomarla desde dos enfoques diferentes: uno es desde la teoría psicoanalítica y el otro desde la “teoría del comportamiento” o cognitivo conductual.

Mi propósito es conceptualizarla, indagar cómo se presenta en el individuo este trastorno, cuando y por que.

 ¿Como la definen y caracterizan las teorías anteriormente mencionadas? ¿Cual es el tratamiento mas adecuado o el mas efectivo? ¿Hay puntos en común entre ambas?

Voy a comenzar por definirla y para ello me remito al Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV). Aquí se conceptualiza a las fobias dentro de los “trastornos de ansiedad” que se manifiesta como un miedo intenso y persistente a objetos o situaciones que, dependiendo del tipo, puede despertar en la infancia y continuar en etapas sucesivas.

Los adultos percibimos el temor que ella provoca como irracional o excesivo sin embargo, ante le enfrentamiento con el objeto fóbico se desencadena automáticamente una respuesta de ansiedad que fisiológicamente se caracteriza por una aceleración inicial y fugaz de la frecuencia cardiaca y una elevación de la presión sanguínea, seguida de una desaceleración y un descenso de la tensión arterial.

Este nivel de ansiedad que se presenta a modo de respuesta suele variar en función del grado de proximidad con el estimulo que provoca la fobia y en el grado en que se ve limitada su huida.

Las fobias pueden clasificarse en subtipos entre los cuales se distinguen las de 1) tipo animal

2) tipo ambiental

3) tipo sangre, inyección, daño

4) tipo situacional

En su curso o desarrollo los primeros síntomas suelen presentarse en la niñez y entre los factores que predisponen su aparición encontramos acontecimientos traumáticos, crisis de angustia inesperada en las situaciones y frente a los objetos que luego seguramente se convertirán en temidos.

 

 

El psicoanálisis ha dilucidado en sus investigaciones la distinción de un tipo de neurosis cuyo síntoma central es la fobia; tal tipo es la histeria de angustia semejante a la histeria de conversión. Para esta teoría la fobia es una forma defensiva que transforma la angustia en miedo, concentrándose el sujeto en un objeto específico.                                                                                                Lo que sucede en la primera es que la libido que la reprensión ha separado del material patógeno no es convertida si no liberada en forma de angustia. La formación del síntoma fóbico tiende en su origen a un trabajo psíquico que consiste en “ligar psíquicamente” lo que ha quedado libre.           El fóbico tiene miedo a un determinado estímulo que le provoca angustia, pero este estímulo, este objeto es sólo una causa aparente, en realidad, no es más que el sustituto de un conflicto que está reprimido en el inconsciente y por lo tanto olvidado. La fobia tiene pues un sentido manifiesto, evidente, y otro interno que es el desconocido y que es el que le interesa al psicoanalista para poder efectuar la cura.
Al ser irreconocibles e inexplicables por el sujeto los conflictos interiores originados en la infancia atribuyen su origen a un objeto externo y se dedican a evitarlo, para no angustiarse, pero el conflicto inconsciente sigue estando presente y no se resuelve. ¿Pero por que ha de manifestarse este miedo, con que fin? La respuesta es simple: el miedo es una forma de estar preparados para el peligro. Para Jacques Lacan   esta defensa aparece frente a la estructural falla simbólica de la función paterna.                                                                                                    En cuanto al proceso terapéutico a llevar a cabo por el psicólogo psicoanalista este no trata sólo de superar la fobia sino de averiguar su significado inconsciente y cuales son los conflictos interiores que impiden al enfermo moverse libremente por la vida. El psicoanálisis desconfía de los procesos terapéuticos que intentan agrupar a las personas según los objetos fóbicos (aviones, perros, altura, etc.) porque que considera a la fobia como un síntoma estructural.